DIARIO DE CLASE. 2012-13

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Capítulo uno: lunes, catorce de enero del 2013

Se le ha ocurrido, sin ni si siquiera consultarlo, insinuarlo o dejarlo caer en forma de sarcásticas indirectas, aumentar el ritmo de nuestras ya de por si estresantes vidas, acelerarlas.  ¿El culpable de este descabellado experimento? ¿Su nombre? Santiago, ¿su apellido? Lo ignoro.

Espero que tenga sentido del humor.

No, ahora en serio. El lunes había que entregar, y si no me falla la memoria, la ficha 17. No me dio tiempo a terminarla y supongo que no fui el único. Espero. Este dudoso descuido me descontaría dos puntos de la nota que me ponga finalmente.

Ese mismo día mandó también la ficha 18, curiosamente corrió la misma suerte que la anterior.

Capítulo dos: miércoles, dieciséis de enero del 2013

Menos mal que Santiago es uno de los pocos profesores majos que hay en este instituto, cualquier otro no hubiese dudado en echarnos con gusto de clase por llegar tarde. Quizás lo hubiese hecho con una sonrisa en la cara.

Llegamos unos diez minutos tarde aproximadamente. Un compañero, del que protegeré su anonimato y yo nos entretuvimos demasiado, además no oímos el timbre. Incluso nos habían puesto ya un retraso en el tan famoso parte de faltas. Ojala sirviese también para apuntar cuando alguien saca el móvil en clase cuando le dé la real gana.

Sí, rectifico antes he dicho que entregué la ficha 18 tarde, pero no fue así. No la entregué.

Santiago no me dejó terminarla en clase, pero tenía razón. Vi entonces frustrado mi intento de terminarlo en medio de clase.

Dos puntos menos  más para el saco que me llevaba o puede que sean cuatro, si Santiago es fiel a su palabra. Ese mismo día y repitiendo la táctica que había usado antes nos mando otra: la ficha 20.

Capítulo final: viernes, dieciocho de enero del 2013

Esta semana no ha sido buena para mi persona, en Plástica. Empezando porque entregué tarde la ficha 17, la siguiente ni se la di, y por último, para ponerla la guinda, o como se diga, la 18 no fue mejor. Mejor dicho, un desastre. 

Habrá que acostumbrarse a este frenetismo de ritmo que nos ha impuesto este trimestre.

Aquí termina mi parte del diario. Espero que sea del agrado del los lectores.

I.C.